[:es]Alojarse en la estancia La Carona siempre implica acercarse a una porción de historia familiar con aroma a campo, anécdotas sobre la vida de los pioneros, sobremesas a la sombra de los árboles, que tardaron décadas en tener ese porte que hoy cobija a los viajeros.
Los anfitriones suelen ser herederos de una tradición de larga data, que comparten con sus pasajeros con generosidad. La experiencia se ve reforzada y un fin de semana allí suele redundar en satisfacción y desenchufe: es un viaje en el tiempo, con descanso garantizado.[:en]Alojarse en la Estancia “La Carona” siempre implica acercarse a una porción de historia familiar con aroma a campo, anécdotas sobre la vida de los pioneros, sobremesas a la sombra de los arboles, que tardaron décadas en tener ese porte que hoy cobija a los viajeros.
Los anfitriones suelen ser herederos de una tradición de larga data, que comparten con sus pasajeros con generosidad.La experiencia se ve reforzada y un fin de semana allí suele redundar en satisfacción y desenchufe: es un viaje en el tiempo, con descanso garantizado.[:]